La lapicera de las pesadillas

Cuento: La lapicera de las pesadillas


Había una vez una chica de trece años llamada Jessica, vivía en un departamento con su madre y su perro Tomy.
Un sábado hacía la tarea en su habitación, estaba a punto de terminar cuando....se le rompió la lapicera. Entonces le dijo a su mamá que la acompañase a comprar una nueva. Luego de tomar la merienda fueron a la librería.

Cuando llegaron, lo primero que vio Jessica, fue una lapicera plateada en un estuche rojo arriba de las demás.

Le dijo al vendedor:
_ ¿Cuánto cuesta esa lapicera plateada?
(señalándola)_
_ ¿Ésta? ¿Por qué no te fijás en esta rosa o en la violeta?_
_No, yo quiero la plateada._
_ ¿Estás segura?_ (Le preguntó preocupado el vendedor).
_Sí, estoy segura_
_Cuesta $ 5,50_
_La compro_

Luego de 10 m Jessica estaba en su habitación contenta con su lapicera nueva y terminó la tarea con
una oración cualquiera y escribió: mi perro es rojo. La lapicera brilló y se apagó. Jessica llamó a Tomy y.....

¡AH!, ¡TOMY ESTA ROJO! (gritaba ella con desesperación), minutos después, Tomy desapareció, Jessica se calmó, y con su lapicera escribió: mi perro es marrón y blanco. Luego apareció Tomy en su habitación con sus colores normales. Después de pensar un poco, Jessica se dio cuenta de que si escribía algo con esa lapicera se cumplía.

De inmediato llamó a su mejor amiga Carolina y le dijo:
_Hola ¿cómo estás?_
_¿Bien, y vos?_
_Diría que algo asustada_
_¿Por qué ?_
_Verás: hoy me compré una lapicera plateada y lo que escribí con ella se cumplió. Le comentó lo que le había pasado con el perro.
_ Jessica ¿vos te escuchás? ¿Me estás diciendo a mí que tu perro se puso de color rojo?_
_Si no me creés escribiré algo que tenga que ver con vos, y escribió: Mi amiga Carolina tiene un peluche de oso rojo en la mano._
_¡Ah,hay un oso de peluche rojo en mi mano!_
_ ¿Ahora me creés?
_De acuerdo, ya me asustaste.

Luego de una semana, la maestra le pidió a Jessica
que expresara una oración ficticia en su carpeta, lo
que Jessica hizo, escribió : En el aula hay una manada de leones. La lapicera brilló y se apagó.

_¡ Oh, no! (dijo Jessica espantada)._ El aula empezó a temblar y la maestra gritó a todos: “corran a la salida de emergencia”. Horas después la maestra informó que no habría clases por un tiempo.

Jessica y Carolina se quedaron pensando toda la tarde, en cómo parar a la lapicera y, se les ocurrió, que si juntas rompían la lapicera no podría escribir más catástrofes. La tomaron y rompieron en dos junto con el cartucho y, desde entonces, Jessica sólo compra lapiceras rosas o violetas como los demás